Crítica Lost 6×17; The End

Nunca se me han dado bien los finales. En los amagos que he hecho de escribir un guión, aunque sea de un corto cutre, siempre me ha costado horrores saber como acabarlo de una forma coherente y satisfactoria. También durante toda mi experiencia como espectador de lo audiovisual, he visto cientos de veces como películas o series con un buen planteamiento acaban con un final desastroso. Quizá por eso, y porque la sexta temporada de Lost ha sido, siendo amables, una castaña, me esperaba un final desastroso que no habría por donde cogerlo, pero no ha sido así. The End, el último episodio de Lost, es uno de los mejores cierres que podían darle a la serie. Es un episodio de personajes, donde los personajes son el motor, es un episodio donde la acción en la isla es interesantísima y muy emotiva, donde se resuelven conflictos y se cierran historias. El final de la otra parte de la temporada, del universo paralelo, al que ya se le puede llamar de otra forma, y que queda en el episodio bastante bien explicado, es también muy emotivo, y el reencuentro entre personajes cumple con su función lacrimógena. Es posible que algunas personas esperasen un episodio que resolviera las dudas de la mitología de la serie, pero esa falta de respuestas se deben apuntar en el debe de la temporada y de la serie y no del episodio final. Across the sea era la oportunidad ideal de revelar más sobre la historia de la Isla y no lo hicieron, y dando por hecho que se iban a quedar respuestas en el tintero, prefiero un final emotivo y que recuerde que la isla ha sido importante para los personajes que un video de Orientation presentado por Pierre Chang que se limite a exponer respuestas una tras otra, que parece que es lo que mucha gente esperaba.

La parte de la Isla es sublime, como se han pasado toda la temporada deambulando los personajes, en este capítulo han tenido la decencia de que vayan directamente a lo importante, a los momentos necesarios, a aquellos que contribuyen en la historia. Desde el inicio, desde que Sawyer va al pozo y le dice al Humo Negro que ya no son candidatos, la intervención de Rose y Bernard (cuya casa para haber saltado 30 años en el tiempo se conserva perfectamente), que Ben se de cuenta de que realmente al Humo Negro quiere cargarse la isla, o que Jack tenga tanta seguridad en lo que hace como para ir al corazón de la isla con el propio Humo y Desmond… en esta parte hay alguna respuesta más sobre la mitología de la isla, puesto que cuando baja Desmond se encuentra construcciones mucho anteriores a la época de Jacob. Una vez Desmond desactiva el mecanismo, que es tan simple como quitar el tapón de una especie de sumidero, se descubre que de dónde salía la luz se vislumbraba una especie de lava, lo que podría responder al más de una vez citado volcán que una vez hubo en la isla.

Desactivado el mecanismo la isla se empieza a destruir, pero el Humo Negro vuelve a ser humano, parece que si el corazón de la isla está “desactivado” la isla deja de ser un lugar especial. Todo esto da pie a un montón de secuencias llenas de acción que desembocan en el final. Por un lado Miles encuentra a Richard, que por suerte no murió en el episodio anterior, quien además por fin parece ser normal, por lo que para él comienza una nueva existencia. Encuentran también a Lapidus, quien debe llevar un par de días flotando en el agua, pero que tiene una idea mejor que la de volar el avión por los aires, la de usar el avión para volar en el aire.

Jack y el Humo Negro se enzarzan en una pelea, en la que Jack descubre que el único efecto de desactivar el mecanismo no es el de que la isla empiece a destruirse, sino que aquel que utiliza el rostro de Locke es mortal. Tras un par de golpes y un cambio de escenario, en un acantilado frente a un barco, donde Jacob tenía la cueva, se sucede una lucha con escenas que podrían estar sacadas de Fatal Fury. Todo parece que va a terminar mal, cuando el Humo le clava un puñal a Jack en el costado, pero entonces hace acto de presencia Kate y realiza la acción más útil (polvos jauleros aparte) en toda la serie, le abre en la espalda de un tiro al Humo un agujero del tamaño de Wisconsin. Memorable también es la patada que le mete Jack al calvo herido, que acaba risco abajo donde se merece. Y partir de ese momento es cuando se abre la veda de los llantos para quienes lloren con estas cosas. En ese escenario se despiden los personajes, Jack, Hurley y Ben siguen un camino, mientras Sawyer y Kate van camino de recoger a Claire para irse en el avión de Lapidus. Es especialmente emotiva la despedida de Sawyer y Jack, pero más aún la de Jack y Kate, que aunque personalmente nunca me ha gustado mucho su relación, al final me han convencido.

La última parte de la acción en la isla se divide en dos facciones, el avión que intenta despegar y al que llegan a última hora Sawyer Kate y Claire y despegan rumbo al mundo exterior. Por otro lado está el retorno de Jack al corazón de la isla para rescatar a Desmond e intentar reactivar el mecanismo. Todo esto con una puñalada en el costado que lo tiene malherido. Antes de descender cede el testigo de protector de la isla a Hurley, con lo que se empieza a ver lo que pasará al final. En el fondo de la cueva rescata a Desmond quien le dice a Jack que tenía razón, y este responde con que alguna vez tenía que ser la primera, gran frase que hace referencia a los errores que han llevado al personaje hacia ese punto. Emotivo es también el momento en el que Hurley le dice a Ben que sea su ayudante, porque por primera vez alguien confía abiertamente en Linus y este se da cuenta.

Dejando aparte la isla, en este episodio también tenemos trama paralela. Y aunque en cierto modo es previsible viendo el anterior que se sucederán las “iluminaciones”. Y efectivamente es así, Hurley reune a Shannon y a Sayid, además de llevar a Charlie al concierto de Drive Shaft con Faraday. En el concierto Claire se pone de parto y Kate cuando la ayuda ambas recuerdan, y al tocar la mano de Charlie este también lo tiene todo mucho más claro. Con estos ejemplos se ve que el amor juega un papel muy importante, pero no solo en el plano pareja de la expresión, el amor de Eloise por su hijo está patente en el episodio cuando le pregunta a Desmond que si se lo va a llevar y dice que no.

Especial interés tiene el reencuentro de Sawyer y Juliet, que no por esperado pierde intensidad emocional. La muerte de Juliet en The Incident fue un hecho traumático, arrancar un personaje importante de forma tan evidente. Quizá sea por eso, o por que Sawyer es un personaje que siempre ha sufrido mucho, la escena también es bastante emocional.

El personaje al que más le cuesta “despertar” es a Jack. Empieza a ver cosas cuando cura a Locke, que por cierto, es uno de los momentos más importantes del episodio. Locke recuerda porque Jack le cura como lo hizo la isla y puede volver a sentir sus piernas, Jack parece vislumbrar el momento mirar por la escotilla (me sigue pareciendo uno de los mejores planos de toda la serie), y le suelta esa gran frase que se queda grabada a fuego “Jack, ojala alguien haga por ti, lo que acabas de hacer por mí”. Cuando Jack llega al concierto Kate lo encuentra y empieza a recordar más claramente. Pero no es hasta que entra dentro de aquella iglesia que en la trama normal llevaba Eloise, ahora adornada con vidrieras multireligiosas, y toca el ataúd de su padre, cuando es consciente de todo.

Y ahí entra en juego Christian Shepard. El universo paralelo es un lugar que ellos crearon para reunirse, ni más ni menos, podría considerarse una especie de purgatorio, un lugar de paso donde los personajes no tienen consciencia de que murieron hasta que algo les hace recordar. Y como dice Chrisitan Shepard,  en una escena altamente explicativa y que no da lugar a equívocos, y el que no lo entienda es que no sabe ni leer ni oir. Se puede discutir más o menos la conveniencia de usar el misticismo, pero persolamente prefiero esta opción a que se metieran en berenjenales marvelianos que derivasen en un What If sin sentido. En cierto modo en este episodio consiguen algo parecido a cuando en Through The Looking Glass nos muestran los flash forward, solo que estos serían una especie de flash post Morten. Lo que vemos en esa iglesia, donde casi todos se reúnen es el final de la historia, porque unos murieron antes que Jack y otros después, como queda demostrada en la conversación entre Ben y Hurley. Una vez todos han despertado, han salido de la caverna, tienen que avanzar, y hasta ahí llega la historia de esta temporada. Porque dicha escena es el final de la trama de esta mediocre sexta temporada, en la que se han pasado episodios y episodios haciendo cosas aburridas y con encuentros extremadamente casuales incluso para tratarse de un lugar de tránsito de las personas que han muerto. Toda esta historia se la podían haber ventilado en 2 o 3 episodios, los que han sido corales, porque que los reencuenros hayan sido bonitos y emotivos no tienen nada que ver con las chorradas de guión de episodios como Recon o What Kate Does. En The End la idea funciona porque claramente tiene un final, y sirve para algo, no como el resto de la temporada que vista con perspectiva ha tenido mucho relleno.

La última escena de la serie es ver a Jack dirigirse hacia el punto donde le vimos por primera vez y morir junto a Vincent, siendo un cierre casi perfecto, al que la música de Michael Giachinno dota de un sentido audivisual total. Hablando de Giachinno, durante todo el episodio su trabajo sirve no solo de complemento, sino de soporte de lo que ocurre en pantalla. Las grandes bandas sonoras son las que realizan tipos como él, que saben crear melodías que no sean meras comparsas, que no se limiten a acompañar, sino que sean capaces de hacer que esas imágenes no casen con ninguna otra música, y en este episodio eso se consigue sobradamente.

En conclusión, The End funciona muy bien como episodio final. Es un muy buen episodio, quizá no el mejor de la serie, pero sin lugar a dudas el más emotivo. El final está claro, no deja dudas, en todo caso la falta de resolución de misterios hay que apuntarla en el debe de la temporada completa, que ha sido muy decepcionante, y que excepto tres o cuatro episodios, contando por supuesto este magnífico final, ha sido muy floja. Es verdad también que los guionistas han jugado una vez más con los espectadores, pretendiendo mostrar el universo paralelo como algo que al final no era, como le dice Jack a Desmond “intentar tomar atajos no lleva a nada” refiriéndose a la bomba que explotó Juliet. Pero pese a estas trampas, en lo que es el último episodio todo funciona bien, acompasado, con el ritmo justo y necesario, con la dosis lógica de acción, diálogo y emoción. The End es un episodio de personajes, como aquellos que en las primeras temporadas seguías no ya por misteriosos misterios, sino por ver de que huía una chica, en este episodio los protagonistas claros son ellos, y en este sentido no hay nada que reprocharle. No entenderé el revuelo que se ha generado con la falta de respuestas cuando viendo que en toda la temporada habían estado mareando no las iban a dar al final, en este sentido las culpas hay que echárselas al resto de la temporada, porque de verdad que un episodio final explicativo de misterios, bien sea con Marvin Candle, con alguien clarividente o con la reencarnación de Jacoba, como episodio final de una serie no habría por donde cogerlo. Es como en el episodio final de Expediente X, donde también se resuelven conflictos, pero es un final para dejar a dos personajes en un punto, las grandes preguntas ya tuvieron su respuesta.

Es cierto que no sabremos que es la isla a ciencia cierta, pero sabemos lo suficiente. Es el lugar donde todos los personajes se conocieron. Es el lugar donde se ha desarrollado una serie que durante seis años ha enganchado a medio mundo pese a que a sufrido a bajones. La isla es un lugar especial que nadie termina de comprender y que hemos ido descubriendo poco a poco, que como ninguno de los personajes principales tenemos una definición clara. La isla es lo que hemos visto al principio, y lo que hemos visto al final, pero como dice Christian Shepard, representa el momento más importante en la vida de los personajes. Cualquier revelación final taxativa habría quedado forzada, sobre todo teniendo en cuenta el tono del capítulo. Esperar respuestas a la mitología de la Isla de manera evidente, es como si al final de En Busca del Arca Perdida saliera Iker Jiménez a intentar explicar la última escena.

The End no es perfecto, pero el mejor final posible que se le puede dar a la serie y es además un muy buen capítulo. Los epílogos, como la última parte de la trama paralela, están para llegar al espectador. The End no necesita de grandes revelaciones, ni de giros imposibles, puede que el concepto no sea el más genial del mundo, pero está tan bien montado, encaja tanto el último tramo del episodio que no hay nada que reprocharle. La sexta temporada ha sido tramposa y floja, pero The End es un final de serie como pocos ha habido antes en la historia de la televisión.